Por: María Emilia Sánchez
La magia del ballet ha llegado a los cines, donde solo unos cuantos afortunados pueden acceder durante una sola fecha para presenciar distintos ballets creados por la misma academia de baile clásico Bolshoi. Este caso habla acerca del ballet denominado “Jewels”, donde los actores representan joyas y bailan al compás de la música.
Los bailarines se encuentran calentando en los camerinos mientras la gente se prepara tomando su asiento en el teatro para que comience la función. Algunos actores se encuentran aún en el peinado o en el maquillaje, mientras que otros practican sus coreografías y repasan las cuentas detrás de escena.
Mientras tanto, algunos de los bailarines principales son entrevistados delante de las cámaras para mostrarle al público su dedicación y esfuerzo para lograr el espectáculo que están a punto de presenciar.
El director de la orquesta sale a escena. Este mismo saluda al público y se prepara para comenzar. Las luces se apagan, las cortinas del escenario se abren y los músicos comienzan a tocar a partir de la señal del director de orquesta; las bellas melodías clásicas suenan en los oídos de todo espectador.
Comienza el primer acto y los bailarines salen a escena con unos vestuarios color verde esmeralda representando a esta misma piedra preciosa. Los artistas son provenientes de Estados Unidos, por lo que las coreografías son muy exactas y muy bien ensayadas. La música tiene sus altos y bajos, pues en ciertas partes es rápida y en otras es más lenta.
El segundo acto se compone por bailarines provenientes de Rusia, quienes visten unos atuendos espectaculares de color rojo representando a un precioso rubí. La música es mucho más estruendosa y rápida, así como las coreografías son más complejas y originales. De este modo, los artistas alcanzan a representan al rubí como una piedra preciosa que es más dura y fuerte, así como valiosa y original.
Por último, el ballet proveniente de Inglaterra muestra un acto mucho más delicado y sutil representando a los diamantes. Los bailarines visten de blanco y los atuendos son finos y suaves. La delicadeza de los pasos puede verse reflejada en la expresión de los artistas, pues logran conectar sus sentimientos con su cuerpo para crear la magia de la danza.
Al finalizar el tercer acto, los bailarines salen a escena para dar las gracias a todo aquel que se tomó el tiempo para ir a verlos. El público aplaude fuertemente, mientras los artistas hacen reverencias para dar las gracias. Del mismo modo, la orquesta y el director de la misma reciben aplausos, pues sin ellos no habría espectáculo. Algunos artistas reciben flores de admiradores y estos mismos dan las gracias o mandan besos. Algunos son nuevamente entrevistados para dar una reseña al público.
Los actores regresan a sus camerinos. Las lucen se encienden y el público sale del teatro, dejando toda la maravilla del arte en el escenario.